7 de setiembre de 2007

CO- UN DÍA EN PISCO

Este lunes 20, salí de mi casa a las 5 am, rumbo a Pisco con un grupo de la Iglesia. El domingo anterior, varias personas se juntaron a preparas mil doscientos desayunos para poder repartirlos en los lugares afectados por la mañana. Llenamos un camión con víveres y ropa para ayudar a nuestros hermanos. Sé que dije que iba a escribirles sobre esto hace mucho, pero recién puedo publicarlo, les debo una disculpa... pero bueno, les cuento. Amigos míos, tuve una experiencia muy desafiante. Por testimonio propio, les contaré como vi las cosas en las zonas afectadas por el terremoto.

En primer lugar, me alegró que el ejército y la marina se hayan puesto las pilas para arreglar la carretera. Si bien los huecos y zangas eran enormes, y los postes estaban caídos, había tapado provisionalmente todos los huecos con tierra para que la ayuda pudiera llegar más rápido. Sin embargo, muchísimos niños se paran en la carretera con carteles que ponen "NECESITAMOS AYUDA", apelando a la generosidad de los conductores.

Pasamos por Cañete, Chincha, Pisco (donde la destrucción fue total) e Ica, finalmente. De ahí regresamos a Pisco, ya que nos dimos cuenta de que mayor ayuda era necesaria por esa zona. Estas cuatro ciudades están en problemas. Sumemos eso a los presos libres que aún no han sido capturados, y, para empeorar las cosas, la mala distribución de la ayuda. Toneladas enteras de víveres se gastan en días. Pudimos ser testigos también, en Pisco, de cómo se desperdiciaba el agua, sin repartir, sus cajas rompiéndose, porque aún no llegaba un "banner" de apoyo para una foto. Agradecí a Dios que me hubiera permitido estar ahí y repartir por nosotros mismos (con la ayuda de la Acym de Pisco) a la gente necesitada. Aún vamos a necesitar de nuestro apoyo conjunto, así que no nos saquemos las pilas. Esto tiene para rato. Me gustaría contarles mucho más de lo que vi, pero creo que prefiero retarles a seguir ayudando e involucrándose en toda la campaña de reconstrucción de un país herido.

Tal vez a modo de crítica, y para finalizar, me gustaría que pensemos un poco en el papel que Lima tiene en toda esta campaña. Muchos de nosotros hasta podemos sentirnos "orgullosos" de estar ayudando. a mi no me parece que deberíamos. No. ¿Creen ustedes que si el terremoto no se hubiera sentido en Lima, los limeños hubieran brindado su ayuda con tanto fervor? ¿Qué es lo que pasa siempre en invierno en el Sur, con las heladas, terribles, que matan niños por montones, y de Lima casi ni sale ayuda? ¿Por qué tenemos que solidarizarnos sólo cuando se nos mueve el piso, y notamos que también nos puede afectar a nosotros? Sé que a nadie le gusta recordar la época del terrorismo, pero amigos, recordemos que hasta que no se dio a cabo el atentado en Tarata, Lima no movía un dedo para luchar contra el terrorismo en la sierra del Perú. Tal vez ahora, si el terremoto hubiera ocurrido más lejos, y no se hubiera sentido en Lima, la movilización social hubiera sido menor. Que esto sea un reto para cambiar, y tomar mejores decisiones. Que de una buena vez construyamos una nación en el Perú, y no sea más que tierra que alberga diferentes tipos de naciones. Construyamos al Perú, con amor, con ferocidad. Así sea.

1 comentario:

karlafreezia dijo...

Si construyamos al Perú con FEROCIDAD!!!


NOT JUST GOOGLE

Google