A partir de una mención en "Cuando te duele la muela Parte II", de una similitud entre la muralla de libros de la cárcel de Sevilla en Neguijón y la selección del cura y el barbero en el capítulo VI de Don Quijote de la Mancha, he decidido colocar otras similitudes que encuentro entre el Quijote de Cervantes y los acontecimientos narrados en Neguijón de Iwasaki. Si no quieres arruinarte la trama de ninguna de las dos historias, ¡lee primero los libros! ¡Los disfrutarás mucho! Si no tienes problema, continúa conmigo...
Primero, en el capítulo XXI del Quijote se narra la historia del yelmo de Mambrino. Un barbero que venía sobre un asno, que no quería mancharse con la lluvia, se pone la bacinica sobre la cabeza, y don Quijote, en su locura, cree que es un caballero que le ha robado el yelmo a Mambrino. ¡Ese oe, tiene el yelmo de Mambrino! ¡Hay que recuperarlo! El Quijote arremete contra él, y el barbero huye (no le queda otra) del loco que le quiere clavar la lanza, dejando la bacinica. ¡Una escena muy divertida! Luego el Quijote se lo coloca en la cabeza y, al no encontrarle encaje, dice que el que se la forjó debió de tener una grandísima cabeza. Trata de buscarle interpretaciones a la realidad, cuando ya no se ajusta a su fantasía. Así mismo, en la página 126 de Neguijón, cuando nuestros héroes están en plena defensa de la enfermería, el librero Linares se coloca la bacía de barbero como yelmo, a fin de cubrirse un chichón. El caballero Valenzuela le dice: "Quitaos la bacinica caballero que vuestra figura ya es muy triste". Sabemos que Sancho llamó al Quijote "El caballero de la triste figura". No podemos negar que el parecido es intencional.
Una segunda escena del Quijote, se encuentra en el capítulo XXIII, cuando el Quijote desciende a la cueva de Montesinos, donde se queda dormido y tiene un sueño. Al salir cuenta su sueño como si fuera real, y Sancho no le cree, ni el mismo autor que escribe la historia le cree ya que el título es: "De las admirables cosas que el estremado don Quijote contó que había visto en la profunda cueva de Montesinos, cuya imposibilidad hace que se tenga esta aventura por apócrifa". ¡Ni el autor le cree! De vedad que eso es muy divertido. En Neguijón, sucede algo parecido. Utrilla, en medio de la escaramuza de la cárcel, se ve obligado a cortarle la pierna a Tortajada, y este le pide, terminado el embrollo, que la deje en la cueva de Polidoro. El Muñones va con Utrilla a cumplir aquella misión, pero, cuando Gregorio Utrilla, aún imberbe, sale de la cueva lleva una maleta con la pierna. ¡El muñones se sobresalta! ¿Por qué no has dejado la pierna? Sollozando, Utrilla le cuenta que ha visto al gran Polidoro, y que le había concedido la custodia de semejante reliquia (está en la página 142) cuando en realidad Utrilla quería quedarse con la primera pierna que amputó como trofeo; es un fanático de la destrucción del cuerpo y quiere generar una superstición a patir de ello: después dice que esa pierna es de San Anastacio Martir. Como el Muñones no le cree, Utrilla llora y le dice que supuestamente Polidoro ha creado una armadura con las aguas y minerales de no sé donde, especialmente para la pierna. Cuando se la muestra es en realidad "un zacarrón verdinegro y maloliente, amarrado a una bacinilla que hacía las veces de quijote". ¡Era una bacinica! Como el Muñones no le cree, Gregorio solloza que era la joya más venerable de Polidoro, etc, etc. Como aún no le cree, Utrilla reta al Muñones a que baje y lo compruebe con sus mismos ojos. ¡Pero es manco! El Muñones no baja y bueno, ambos regresan juntos como buenos amigos. ¿Pero realmente por qué no baja? ¿Porque es manco? No. Más adelante el Muñones revela por qué no baja y por qué le permite conservar dicha pierna: "para que aquel quijote fuera testimonio andante de la existencia de los trasmundos y los disparates de la razón". No sé si se han dado cuenta de que testimonio andante apela al caballero andante. Y que sí, don Quijote es testimonio de los trasmundos y los disparates de la razón. El quijote de Utrilla serviría para quedar como loco frente a la gente que use su razón, y para que los que no, serviría para que aprendan a no creer en cosas disparatadas. Y aquí viene la más grande revelación de todas... en el universo que Iwasaki ha creado (tal vez ya lo adivinaron) ¡el Muñones es Cervantes! Las similitudes son asombrosas: es un escritor manco, se hace queja en la trama de que el Muñones escribió un libro en el futuro que se inspiraba en sus amigos y que no les agradeció nada, es el único que no viene a América (quedarse en España es darse cuenta de los disparates de la razón, ojo con esta crítica), en el capítulo 20 se dice que el Muñones quería ser escritor y le llamaba muchísimo la atención el librero Linares, porque pensaba que todo lo que decían los libros podía aplicarse a la realidad. Aquí viene la segunda gran revelación, aunque creo que ya la han adivinado: ¡El librero Linares es el Quijote! ¡El Muñones se inspira en él para escribir! En el libro se muestra como Linares interpreta toda la realidad según los libros que ha leído. Cuando pelea intenta recordar los libros de esgirma, ¡hasta en la guerra utiliza estrategias militares de libros, sin experiencia! Linares es el Quijote. Y una última cosa. Utrilla y el Quijote también se parecen en algo trascendental. El neguijón para Utrilla son los molinos del Quijote. La diferencia es que, cuando el Quijote dice que tienen que ir a combatir los molinos, nadie le cree, está loco. Pero en cuanto al neguijón, todos creen de su existencia. En España hay control, aquí... bueno... aquí todos creen en el neguijón.
Yo me sorprendí al notar estas coincidencias, y espero que las hayan disfrutado. Los animo a leer ambas novelas sino lo han hecho aún, y a analizar un poco todo lo que leen, ¡siempre se puede aprender mucho!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario