21 de octubre de 2007

CC- DETECTIVE CONAN

Si bien no tenemos una sección para animes, permítanme colocar a este manga en los posts sobre comics. Hace unos días, presentaba a este manga como a uno de los que habían marcado mi infancia. ¿Y qué más puedo decirles al respecto? Si han leído los files en manga, o han visto sus episodios, no pueden negar que la serie es genial. Saborear caso a caso, pista por pista, clave por clave, te hace alucinar como un verdadero detective. Gosho Aoyama es creativo, y de hecho, ha tenido que leer mucho sobre detectives para darnos tantos guiños acerca de Sherlock Holmes, Watson y tantos otros personajes literarios que de algún modo están representados en la saga.

Pero, ¿qué más? ¿Es un historia que sólo sirve para el entretenimiento, y, no nos puede llevar a pensar en nada productivo? Pues, cómo ya se habrán dado cuenta, me gusta encontrarle detalles a este tipo arte para poder aprender algo nuevo... y... Detective Conan no es la excepción. Los temas que abordan van desde el absolutismo moral, la amistad, la responsabilidad, la integridad, entre otros... pero personalmente, la caracterización de los personajes me ha llevado a reflexionar sobre lo que significa el servicio. Para ello, me gustaría describirles un poco (ya que ya saben la historia por el anterior post) a cerca de dos de los personajes:

KOGORO MOURI: EJERCITANDO EL EGO

Es un personaje cómico genial (uno se mata de la risa cuando hace algo). Es el padre de Ran, el "hombre de la casa" y propietario de su propia agencia de detectives (dónde trabaja él solito). Su esposa lo ha dejado, porque, además de ser un desordenado y no hacer nada por la vida, le recrimina que su comida es horrenda (aunque de verdad no cocinaba muy bien). Es mujeriego, y para colmo, bastante tarugo.


Sin embargo, eso no es lo que quiero que veamos ahora. No. Kogoro Mouri es un buen tipo, de verdad, pero no sabe trabajar en equipo. ¿Qué puede aportarnos acerca del servicio? Kogoro es el estereotipo que nos caracteriza a todos nosotros, en algún momento, cuando tratamos de hacer algo por nuestras propias fuerzas. Kogoro es un excelente tirador, y ha sido entrenado como policía; pero, lamentablemente, sólo busca la gloria y la exaltación de su ego personal. No permite que nadie se entrometa. No ve el potencial de Conan, ni se da cuenta que en realidad es él quien resuelve los casos y le da el crédito. Si quisiera, podría valerse de la ayuda de Conan para aprender, o resolver mejor los casos... pero lo ve sólo como un chiquillo travieso y entrometido. Él piensa que lo resuelve todo solito, sin ayuda de nadie; y cuando alguien (en especial Conan) descubre algo que él no, pues, le da una patada o un coscorrón. Kogoro no se inmuta con las muertes y crímenes tanto como cuando pierde un cliente o un caso; ni deja de autoalabarse ante todo el mundo, para que vean lo genial que es. Y déjenme decirles, ser tan ególatra, no paga.

CONAN EDOGAWA/SHINICHI KUDO: EL GENIO INVISIBLE

Nosotros ya sabemos que Conan en realidad no es un niño, sino el gran detective juvenil Shinichi Kudo. Vive solo, ya que sus padres viajaron a otro país, y le dejaron la casa a su responsabilidad. Sin embargo, ahora tiene el cuerpo de un niño, y para volver a ser grande, vive con Kogoro y Ran, hasta encontrar información sobre la droga que lo puede volver a hacer crecer.

Conan no es sólo el héroe de la saga, sino que en él encuentro varios principios que deben considerarse a la hora de servir. Conan/Shinichi tienen grandes talentos y habilidades (un poco rugosos ahora por tener el cuerpo de un niño) pero aún así, ha tenido que aprender a la fuerza (porque naturalmente es muy difícil ser humilde cuando se es un genio) que nada gana haciendo alarde de sus habilidades. Lo importante, dice, es la verdad. No importa que no sea él el que se lleve el crédito, si el caso es resuelto, si al final, la verdad es revelada y el criminal capturado. Conan nunca trabaja sólo. Si bien, resuelve las cosas con su gran capacidad de observación, utiliza a Kogoro para dar a conocer sus deducciones. A veces le hace notar de formas muy graciosas lo que hasta para el espectador es obvio... o a veces lo tiene que anestesiar, y hablar con su voz por medio de los inventos del profesor Agasa. Tampoco desprecia a los demás niños. A pesar de su corta edad y su mente infante, forma la Liga Juvenil de Detectives, en las cuales llega a reconocer la gran ayuda que representan esos niños en su vida. A veces se aburre, es cierto, sus edades son distintas, pero nunca los humilla, ni los deja de cuidar. Sólo, viviría bien; pero sin ellos, viviría vacío. Lo mismo con el profesor Agasa, eran amigos desde antes, pero las circunstancias los llevaron a intimidar más. Sus consejos y su ayuda (tanto por medio de inventos o simplemente sus palabras) son esenciales para la vida de Conan. Y también son varias las veces en que Conan ha resuelto ya el caso, pero por respeto a Korogo no ha dicho nada, ni lo ha anestesiado, sólo desde atrás, desde donde nadie lo ve, ha ido dejando las bases para que él tome las decisiones adecuadas. Es irónico. Kogoro no quiere ver el potencial de Conan, ni la ayuda trascendental que ha significado para su vida (ahora es el internacionalmente famoso detective, conocido como "el durmiente"); pero Conan respeta a Kogoro, y le da el crédito, reconociendo que aunque es un inepto, puede hacer las cosas bien. Así, Conan tiene sus límites, pero ha aprendido que la única forma de transcenderlos, romperlos, atravesarlos, es trabajando con otros, y confiando en ellos. Sirviendo, muchas veces, desde atrás, donde nadie nos va a ver ni reconocer.

ENTONCES, EL SERVICIO

¿Y a qué viene todo esto? Bueno, quisiera contarles que en mi experiencia personal, yo también he tenido que aprender mucho del servicio. En la misma Iglesia, todo nuevo que llegaba quería estar el primer día en el grupo de programación. Ellos eran los que salían en todo, desde el teatro, la música, lo ya no ya, etc., y también era un sueño mío. Sin embargo, Dios me tuvo que enseñar que el trabajo más importante es el que no se ve. Todos aportamos algo esencial en sus obras; sin embargo, es fatal cuando se hace con una motivación errada. Yo comencé ordenando sillas, y, aunque a veces cansaba, de verdad que amaba ordenar las sillas a mi modo. Muchas veces me las desordenaban y me decían que se veía horrible y las ponían en otro orden después de que me había demorado horas (es que me gustaba hacer dibujos con ellas, en forma de avión, de casa, de ameba, de esternocleidomastoideo...); sin embargo, debía respetar aquello, y guardar silencio. No estaba de acuerdo, pero debía hacer mi trabajo bien, porque lo hacía para Dios.

Lo hermoso de esto es que creo que he llegado a estar en todas las áreas de servicio, cuando pertenecía al grupo de adolescentes. Decoración, cuna, logística, células, escuelas, programación, herejía. Finalmente, Dios me dio mucho más de lo que mi corazón anhelaba, y el trabajo que hice en programación de verdad que fue genial. Mayormente, ayudé a preparar a otras personas (aunque sí salía en representaciones bastante públicas) a hacer lo que a mí me hubiera gustado hacer. Ya en programación, me gustó más dirigir, poner la música, acomodar las luces y preparar (siempre con Reiser, of course) los sketch para los chicos. Me gusta actuar, claro que sí, pero me gustaba más ver actuar a los muchachos que estábamos preparando. Me sorprendía ver cómo chicos tímidos y poco sociables pronto hacían payasada y media, y tenían unas ocurrencias y una creatividad tremenda. Cuando quise empezar a servir, no muchos creyeron, creo, que pudiera estar en programación de frente. Y pensaron bien. No estaba listo. Hubiera hecho shows y nada más. Pensé que no veían mi potencial, que me veían muy pequeño. Pero sino hubiera pensado de esa forma, tal vez no hubiera puesto especial atención a los chicos que aparentemente no eran magos del espectáculo. Porque no se necesitan genios. No. Se necesita gente que tenga roche, que se sienta limitada, que sea muy tímida, para que Dios los use de la forma que les tenga preparada, sea pública, o privada. Necesita gente con la motivación correcta.

Sin embargo, creo que el verdadero servicio es el que se hace desde atrás. Esa debe ser la motivación de todos, y bueno, si es así, he visto cómo Dios, sin que te lo esperes, te recompensa en público.

Sólo quiero dejarles una anécdota que me contó mi mamá hace unos días. Estábamos hablando de una de sus amigas que me quería y no veo hace tiempo, y mi má me dijo: "¿Sabías que Leonor me dijo que tenía que ser cómo un bastón de cristal?" Y yo le respondí: "¿Para que al golpear te rompas en astillitas bonitas y caras?" Sin embargo, la alegoría era otra: "No hijo", me respondió riendo, "me dijo que debía ser como un bastón de cristal, para que sirva de apoyo, pero que no se ve." Aquella frase me ha dejado pensando. Y creo que mucho más vale la persona que hace que otros trasciendan, la persona que ayuda a ver lo que otros pueden lograr, que los ayuda a crecer y a fortalecer, que alguien que acapara todo el reconocimiento y la gloria por sus habilidades. Ese es el servicio. El siervo es quien ve a las personas en potencia, en lo que pueden llegar a hacer, y trabaja con la motivación de hacer todo como para Dios, y no para alimentar su propio ego.

Eso es lo importante, no se vayan a empachar como Kogoro.

2 comentarios:

Universe Lover dijo...

algún día prefiero q me lo cuentes... leerlo ahora está bien bravo... por otro lado vamos al cine! a ver el duelo con jet li! pero cuanto antes! tú pon el día y la hora... yo toy libre todo el tiempo!

Rogger Vergara Adrianzén dijo...

Ni bien dejo de toser, te llamo, amigo mío, que estoy con una cosa bien rara ahí adentro, en el pecho. Supongo que viernes será... te aviso , ¿ok?


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