13 de mayo de 2007

LT- ¿DÓNDE ESTÁS QUE NO TE VEO?

Hace poco, por fin, leí una obra de teatro que nunca había leído. Había visto películas sobre tal, dibujos, etc., pero hasta ahora nunca me había detenido a leer Romeo y Julieta como obra en sí. Conseguí la traducción de Pablo Neruda (no sé si es la mejor, pero es la que tuve al alcance) y me puse a leerla en una tarde de la semana pasada. Entonces me di cuante de que William Shakespeare no quiso hacer simplemente una obra romanticona y apasionante (elementos de que seguro tiene) sino que tras los embelezados versos y especialidades del romance en sus palabras se esconde una fuerte crítica a una sociedad conflictiva, egoísta e indiferente.

La obra no sólo muestra el amor apasionado de los jóvenes protagonistas ni las dificultades que estos atraviesan para consumar su amor, sino que trata específicamente de cómo las divisiones y conflictos llevan a pagar graves consecuencias, perjudicando a las personas que más queremos. A diferencia de lo que se cree usualmente cuando se habla de esta obra (como dicen las palabras del mismo Romeo: "...al amor no hay obstáculo de piedra...”) hasta una amor tan apasionado como el de estos jóvenes puede terminar en tragedia por rivalidades ridículas y sin sentido.

Les animo a leer esta obra, sino lo han hecho aún, con una perspectiva más crítica. No es cómo ver una comedia romántica en el cine (aunque, de hecho, me he reído mucho mientras leía esta obra) sino que en ella uno puede ver reflejada la manera de pensar de este famoso autor, oriundo de Stratford on Avon, en el Reino Unido.

Creo que el mismo inicio de la obra refleja lo que Shakespeare quería demostrar. Lo que menciona el Coro al comenzar a leer la obra es:

“En la bella Verona esto sucede:
dos casas ambas en nobleza iguales
con odio antiguo hacen discordia nueva.
La sangre tiñe sus civiles manos.
Por mala estrella, de estos enemigos
nacieron los amantes desdichados:
sólo su muerte aniquiló aquel odio
y puso término a la antigua cólera.
Nada sino la muerte de los hijos
pudo llevar a los padres la paz.”

Así que, como les había dicho, esta obra no ha sido para mí una simple historia romántica, sino una crítica clara a la ceguera que uno puede tener ante las consecuencias de nuestras rivalidades o resentimientos. Es increíble como muchas veces tenemos que esperar a que suceda algo realmente malo para poner orden a las cosas. Vivir con odio en el corazón es vivir como con un veneno que destruye poco a poco nuestras vidas y el de nuestros amados. No sólo los padres perjudican a los hijos con resentimientos como éstos, sino que nosotros mismos nos hacemos daño y no damos oportunidad a otros a qué se muestren como realmente son. Bien lo dijo Shakeaspeare, las dos familias eran familias nobles, respetadas en Verona, pero ninguna se había dado la molestia de conocer a algún integrante de la otra como personas, como humanos, como gente que tenía la misma historia. Hoy en día en que las personas no se toman tiempo para conocer realmente a los demás (nuestras relaciones con bastante prácticas, de maestro-alumno, cliente-servicio, etc.) esta historia es un reto para dejar de lado diferencias que pueden separarnos y tomarnos el tiempo de darnos a conocer, y conocer a otros. A Romeo y Julieta les gustó, y terminaron enamorándose (que la historia terminara en tragedia es otra cosa), pero descubrieron algo totalmente nuevo, al descubrir que algún integrante de sus enemigos no eran los viles villanos que creían, se descubrieron a ellos mismos.

Esta obra clásica del teatro es siempre entretenida de leer y me hace reflexionar con nostalgia sobre la pasión de los jóvenes, y cómo esto tal vez pueda enseñar a los más cuadriculados de pensamiento que lo importante no es vivir según las diferencias, sino del amor que podamos dar. Pero nosotros sabemos que no sólo se trata de amor, ¿verdad? ¡Es ferocidad!

3 comentarios:

TTT dijo...

lee otelo y muere de la impotencia. Lee hamlet y la intriga te dominará.... Lee Romeo y Julieta, y
enamorate

Rogger Vergara Adrianzén dijo...

Romeo y Julieta... más que amor, frustración de su consumación, ¡por causas bastante ridículas!

Anónimo dijo...

todo lo que puede desencadenar el odio y los resentimientos...
aprendemos a perdonar y a AMAR!


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