8 de setiembre de 2008

HARVEY TWO FACE

He dicho más de lo que debería. Pero no importa, de verdad. Eso no implica que este blog se volverá meloso y super-romántico, ni que hará honra y mención a su título. Más bien, le auguro lo contrario. Será como leer el interior de Edipo (nada de complejos), leer a un personaje que no quiere ver, que ya sabe lo que le sucede y lo que ha cometido... pero todo lo que piensa y hace es para convencerse de que no es como piensa (y pasa) en realidad.

Sólo espero no terminar igual de ciego por fuera que de por dentro.

Nadie quiere verse tal y como es. Nadie quiere verse desnudo, débil, malvado o sucio. Nadie quiere verse morir. Nadie quiere verse enamorado. A la gente le encanta ver que alguien está enamorado (en especial, si es de uno), pero jamás verse a uno mismo en aquella situación. Es imposible verse enamorado, porque cuando se está de verdad, la vista ya no es para uno mismo, sino para la otra persona. Se vive ya no sólo para uno, se vive para dar, para dos... y desde entonces la visión es compartida, fraccionada, y fuera de criterios experimentalmente objetivos.

Sé que eso suena muy científico, y puede que piensen que les gusta estar enamorados, pero aquello no tiene que ver con el órgano de la visión, sino con convicción, motivación y hechos concretos.

Yo intento verme, pero la verdad es que los espejos sirven de poco. Son demasiado exactos, demasiado perfectos. Así jamás podría notar todas las curvas y defectos grotescos que como humano tengo. Los humanos no cabemos en los espejos. Ellos nos engañan a drede, y para colmo les hacemos caso.

Un reflejo en el agua es más exacto. Hasta me atrevería a apostar que el patito feo tenía razón. Era horrendo, feo, bien feo. Y más feo se puso cuando se volvió cisne, ya que no podía ver en el reflejo su interior. Desde hoy usaré una cuchara como espejo, he dicho.

¿Y ella? ¿usa también una máscara como yo? Creo que es más obvio en su caso, no porque padezca de algún grade de hipocrecía, sino que hasta ahora me gana en todo. Y es más difícil de leer que un libro de Joyce (por lo menos a mí se me hace un poco complicado el Ulises). A ella, intento verla por el rabito del ojo, tanto misterio lo merece, pues verla de frente evitaría darme un encontrón con una máscara muy bien puesta.

¿Llegaré a traspasar toda armadura piscológica? No lo he logrado conmigo mismo, y creo que son pocos los que en la historia han podido lograr tal victoria. Por ello, es mucho más difícil hacerlo junto a otra persona. Mi vida es un misterio. Su vida, es el libro del presidente. Pero me gusta así, con todos los aspectos cambiantes y complicados que implica recordar una sonrisa percibida con el rabillo del ojo, y no morir al mirar de frente una realidad que es verdad y a la vez, reflejo de algo oculto y terriblemente bello.

Ahora estoy totalmente convencido que, cuando termine todo esto, por lo menos uno de mis yos va a terminar muerto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

http://www.comicartcommunity.com/gallery/data/media/293/Y_52-.jpg

Anónimo dijo...

estas enamorado?
si algún yo murio talvez es porque llego su momento

Rogger Vergara Adrianzén dijo...

Nunca dije eso.

Siempre dije que se trataba de un ejercicio de ficción, está unos posts más abajo.


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